miércoles, 22 de octubre de 2008

Perdida de Identidad


Buenas noches, respondo al nombre de Ramiro (segun mis padres), pero durante mi infancia y pre-adolescencia e sufrido varias metamorfosis sobre mi mismo. Me han nombrado e invocado con nombres que jamas pense que iba a tenerlos, como por ej. "ROBERTO" el cual hasta el dia de hoy retumba en mis oidos, "RUBERO", "RICARDO", "RUBEN", todos nombres que mayormente son escuchados en FM como la "roisen". Pero no importa, junte fuerzas y segui adelante, no niego que hay veces en la noches que me agarran escalofrios de solo pensar que esos nombres realmente podrian ser mios!!. A modo de informacion, quiero decirles que esos tormentos vienen desde mis familiares y amigos, el cual uno en particular seguramente largara una carcajada cuando lea mis mas humildes lineas. Tambien quiero aclarar que no naci en ninguna fecha importante ni nada de eso, solo se que hacia muchisimo calor, y siempre lo hara para mi cumpleaños. Comparto lo que lei de mi primo BENKO, tambien soy una persona malhumorada a veces, pero el problema es que uno se va acostumbrando y lo asimila como natural e importante. Meditando varias veces en silencio llegue a mi gran conclusion "soy un ser ahumado que no tiene cerebro, NINGUN TIPO DE CEREBRO", pero trato de compensarlo regalando risas y buenos momentos. Aclarandole a la gente sobre la existencias de TAPIRES INMENSOS, que cuestionan nuestras alegrias y felicidades, pero si señoras y señores hay que ser fuertes antes ellos. Sin olvidarme, volviendo al tema de la "Perdida de Identidad", soy un joven buenmoso (segun mi madre biologica) de 22 años, casi 23 (16 de Noviembre), escucho todo tipo de musica como por ej "SERGIO DENNIS", "NINO BRAVO", otro gran artista contemporaneo como "EL BOMBITA RODRIGUEZ" o el mismiso "MICKY VAINILLA", y sinceramente estoy contento de haber perdido mi supuesta identidad, ya que la mayoria de los artista de hoy en dia no tienen el "swing" para volver a conquistarme, no llegan a motivarme en absoluto. Se que con estas palabras puedo llegar a perder alguna amistad o algun tipo de afecto de algun lector, asique pido disculpas si algo de estos los incomoda, pero realmente es mi verdad. Bueno estimados lectores, me voy despidiendo, ya que me estan brotando nuevas ideas y sinceramente no se me ocurren como plasmarlas en este texto, pero si les dejo una idea, que espero pueda servirles y guardarla en alguna parte de su SUBCONCIENTE, "LA IDENTIDAD SE FORMA DIA A DIA, Y NO NOS DEJEMOS MANEJAR POR FALSOS CONCEPTOS E IDEAS QUE LA SOCIEDAD NOS VENDE, YA QUE LA IDENTIDAD Y ESENCIA DE UNO FLUYE DE VERDAD CON UNA COCA Y MARLBORO 10 O PHILIP MORRIS 20 COMUNITARIO", pensalo. Un fuerte Abrazo para todos. Saludos Cordiales.

viernes, 17 de octubre de 2008

Me miro al espejo y digo...



Mi vieja me dio a luz en el 87. ¡Sí, damas y caballeros! el mismo año en que se estrenó la serie de TV “Mc Gyver”, que capo ese tipo. Por qué no decir también - aunque no presumo por la coincidencia - que en la misma fecha que nací, pero de 1923, el explorador británico Howard Carter encontró la tumba del Faraón Tutankamon.

Hablando de mi nacimiento, la verdad que me fastidio mucho cuando llega mi cumpleaños. No se por qué pero me pone de mal humor el hecho de pensar que tengo que organizar algo, como si fuera obligación invitar familiares y amigos y recibirlos en casa, en un bar o donde sea. O tal vez esa bronca sea porque ya pasada la niñez muy pocas veces recibí regalos, cosa que me convierte en un materialista, aunque estoy casi convencido que no lo soy.

Soy joven pero no desencajaría en generaciones pasadas. Soy lo que se podría llamar un verdadero “renegon”, me vivo quejando pero no porque soy un gran infeliz, sino porque - aunque suene raro - creo que me gusta hacerlo, ya forma parte de mí y por ahora creo que parece no molestarme. Me gusta tener amigos pero tengo pocos, contados con los dedos de un pie. La mayoría de ellos son algunos primos hermanos, los únicos amigos que conservo de la infancia. Soy poco sociable y en algunos caso muy serio. Observo mucho a la persona que recién conozco, lo único que me importa es que sea buena gente; eso sí, la mayoría de las veces esa otra persona tiene que “romper el hielo” para que yo entre en confianza. Una vez que pasa eso, la timidez y la seriedad las dejo de lado. Me convierto en alguien con quien el otro puede cagarse de risa, soy un buen conversador y creo que un buen amigo o compañero, eso último no lo afirmaré.

Estoy hecho de una rígida estructura. Vivo llenándome de presiones tratando de que las cosas me salgan bien. Carezco de espontaneidad y eso a veces me resulta aburrido. Organizo demasiado mi vida y cuando algo que pensé hacer de determinada manera, sale de otra, ahí nomás me irrito. Soy un tipo muy tranquilo y, por lo contario, soy de enojarme muy fácilmente, cosa que – no sé porque – sale a la luz con la gente que más quiero, casi siempre son mi familia y, si tengo, mi novia. Me gustaría irme a vivir solo y poder independizarme definitivamente, aunque nadie me quita el miedo al “¿qué será de mí en el futuro?”. En muchas cosas soy bastante negativo. Cuando me pasan cosas buenas no sé valorarlas o quizá las valoro poco, y cuando me pasan cosas malas me angustio y me cuesta salir adelante.

Voy a la facultad y tengo un trabajo más o menos estable. En los estudios me estoy quedando bastante, las cosas no me están saliendo como me gustaría. Pero en la laburo estoy más que contento. Ahí aprendo de todo y de toda la gente que me acompaña, que está tan loca como yo o todavía más. De chico siempre me seducía la idea de volar. Una vez en uno de mis sueños, montado en un viejo haragan (ese producto de limpieza con el que se corre el agua) volé a la luna desde el patio de la casa de mi abuela. Pero mi pasión siempre fue el fútbol.

Casi nunca voy a bailar, no sé si me cansé de eso o si llegó la hora de admitir que estoy arruinado por mi alma vieja. Me gusta juntarme con mis amigos, tomar algo y cagarme risa. Fumo (cigarrillos) pero tampoco me zarpo, 10 por día aunque - de a poco - la cantidad va en aumento. Me gusta el fútbol pero lo práctico poco. Soy hincha de Boca. Puedo pasar varias horas echado en la cama mirando partidos o programas deportivos en la TV. Soy muy vago, vivo cansado, ya que no duermo más de 5 horas por día. No me gustan las modas, creo ser bastante tradicional. Me molesta que los vicios sean perjudiciales. No soporto la injusticia, la mentira y la falsedad de la gente. Me parece inhumano el fanatismo, sobre todo el político, ideológico y religioso. Amé a una sola mujer. Nunca me imagine que enamorarme me podría hacer tan feliz y, a la vez, causar un dolor enorme cuando la relación no pasa su mejor momento.

Soy pésimo contando chistes. Siempre que me cuentan uno trato de poner la máxima atención, me planteo una especie de desafío: “esta vez tenés que acordarte, no podes ser tan gil”. Pero no pasa eso, me los olvido o - peor aún - me los acuerdo por parte y los termino contando para la mierda. Hace poco comencé a ir al gimnasio para ver si mi estado físico mejoraba. A pesar de que me dio regulares resultados y la panza cervecera está disminuyendo, encontré la mágica motivación que lucha con mi vagancia y permite que siga yendo al gimnasio: el jugo Citric que venden en el kiosco de al lado, que a mi modesto entender es el más rico de los jugos Citric que probé de todos los kioscos en los compré alguna vez.

Me gustaría llegar a viejo, repasar mi vida y poder morirme tranquilo al darme cuenta que todo lo que hice fue consecuencia de mis ganas y deseos.


¡Qué más da!..Soy Benkó


martes, 14 de octubre de 2008

De mí (lo que ves es lo que hay)


Soy modelo 85, podría ser una coupé Fuego.
Soy típicamente mente pueblerina y un bicho de ciudad al mismo tiempo.
Si fuese un libro, tendría las tapas duras, mala encuadernación, las hojas finitas, casi transparentes, y las palabras amontonadas y sencillas. En lo único que soy constante es en mi inconstancia.

Mi abuela decía que yo tenía la cabeza dura, el corazón tierno y los ligamentos blandos -yo vivía y vivo torciéndome los tobillos, por lo tanto, todo mi cuerpo al ras de suelo-. Mi abuela murió cuando yo tenía tres años, pero mi madre dice que esa descripción todavía vale.
Sufro constantemente de falta de confianza en mí misma. Tengo, por suerte, amigos que confían en mi más que yo.
Tengo una timidez galopante disfrazada de mal humor y cara de perro. Me lastima que me mientan diciéndome que me dicen la verdad. No muestro cuando me tajean adentro. Al dolor también lo disfrazo de mal humor o de indiferencia hacia lo que me hicieron. El enojo no me dura mucho, pero siempre me queda alguna cicatriz. Me tomo demasiado en serio las cosas que dicen algunos pelafustanes y me frustro en exceso. Mis amigos se encargan de argumentar en contra de esas cosas y se vuelve a equilibrar la balanza.
Tengo la letra y el pelo despeinado. Mis pecas, mi prosa, las ideas, los sentimientos y mi cuarto están desordenados. Soy nómade, en contra de mi voluntad y por decisión de la Reina Madre ("mi vieja", digo en el barrio), que me echó a rodar y a rodar por la vida. Tengo cierta parte de mí que desconozco y no puedo domesticar.
Me enternecen los chiquitos cuando juegan y se ríen a carcajadas. Me da bronca la injusticia, pero no hago mucho al respecto. Me gusta la política, mas no los políticos.
La última vez que amé hasta que me dolió incluso la última célula del dedo más chico del pie fue a los 18 años. Espero tropezar otra vez con la misma piedra, pero no caerme.
Generalmente me relaciono con tipos medio trastornados, elegidos por catálogo. Me comprometo con cosas que sé, no pueden durar demasiado. Sufro por eso, pero me imagino que es una buena forma de esquivarle a eso que llaman "sentar cabeza".
Vivo en una casa poblada por notas musicales desordenadas. Y, aunque intente ordenarlas, mi paciencia va a desistir en cualquier momento para acompañar a mi inconstancia. Mi ropero está lleno de cajas embaladas con libros, que esperan la próxima mudanza.
No creo en la fidelidad, pero nunca fui infiel. Sí en la lealtad y trato de practicarla.
Creo que Dios existe, pero no sé cómo es. También creo que no es como me aseguraron que era en el colegio de monjas al que iba.
Soy fosforito, me enojo una barbaridad en un segundo y al rato me apago. Cuando trato mal a alguien, me siento pésima y termino por enojarme más, pero conmigo misma.
Soy un poco chueca y me gusta mirar hacia arriba cuando camino, aunque no veo mucho porque no uso mis anteojos.

Soy, en palabras de Sabina, "tan joven y tan vieja"...

Algunos adultos me dijeron que tengo problemas con la autoridad. Yo digo que al respeto una/o no se lo gana por los años o por un cargo, sino por lo que uno es como persona, independientemente de la edad, el color, la jerarquía y demás etiquetas que se le pegan a las personas en la frente o en el disfraz que llevan. Lo demás es miedo, cumplimiento de reglas y, en algunos casos, inteligencia de la que yo carezco habitualmente.

Hace poco un estudiante de Comunicación Social de 22 años, de la Unsta, me dijo que era zurdita por decir que no todos los bolivianos son ladrones. Después me dijo que él es de la línea de Fuerza Republicana, porque así lo criaron en su casa. No hice más comentarios. Otro señor, un cincuentón, me dijo que soy hippie por cómo me visto, pero no practico ni el amor libre, ni vivo en comunidad, ni cultivo plantitas verdes-de momento, por lo menos-. La ropa de bambula o de telas livianas y sueltas simplemente me gusta porque es cómoda y fresca.

Soy una de las personas más paranoicas que conozco. Me persigo por cualquier cosa y hay días en los que creo que es el mundo contra mi. Ni hablar de cuando salgo de noche o de cuando tengo que cruzar la peatonal y los canas me miran de reojo. Pienso que me van a detener por portación de cara o algo así; igual ahora la piloteo un poco mejor que hace un tiempo.

Me gusta ver por la ventana cuando llueve. Los días grises me invaden de una melancolía que se parece un poco a la resignación, pero que está mejor escrita.Tengo la vida llena de ausencias de gente que quiero o quise, pero pinto esos espacios con anécdotas o recuerdos que hacen bien. Las tormentas de verano me encantan para chapotear y jugar, ensuciar a mis amigos y embarrar las zapatillas como cuando era chica. De más grande entendí que mientras yo juego bajo un aguacero violento, hay gente que pierde todo lo que tiene. Conclusión: las tormentas me producen contradicciones. Odio pisar baldosas flojas después de que ha llovido.

Tengo unas ojeras y una palidez que el sol de Tucumán no puede dorar -sólo enrojecer- y que contrastan con mis rulos indómitos y casi negros.

Mis recuerdos andan sueltos y juegan por mis días. A veces me rescatan cuando voy entre la muchedumbre y me llevan hasta mi casa sin renegar por el amontonamiento. Después, los domingos, me cobran cuando aparecen para hacerme llorar. Me gusta que sea así y que no estén enfrascados bajo llave en algún lugar de mi cabecita -a veces maliciosa y traviesa.

No sé decirle a la gente que la quiero o que la necesito. Me da vergüenza que me vean llorar, sobre todo los hombres.
Soy el tipo de personas que no da un beso en el cachete, sino que pone la mejilla. Igual, me encanta besar, pero soy cobarde.

Reniego de Tucumán a veces y muchos quieren que me vaya. No puedo imaginarme lejos, ni en distancia de tiempo ni de espacio.

Soy una persona muy colgada y me agarran periodos de mutismo; de golpe me quedo callada y no hablo más. Cuando estoy así, probablemente estoy pensando en alguna canción de Charly, de Pink Floyd, de Sumo; o me estoy dando manija con algo que dijo o hizo alguien (o en lo que alguien no dijo o hizo) , pero que a mí no me quedó muy claro y me martiriza porque podría ser algo grave; también puedo estar simplemente colgada, distraída y sin ganas de hablar. Eso me pasa desde chiquita, porque todavía me acuerdo de que a mi vieja le molestaba que me quedara muda y siempre me decía: " ¿en qué pensás? Una moneda por lo que estás pensando". Podría haber aprovechado para hacer negocio...

Soy responsable con las cosas que tengo que hacer para otras personas, pero dejada para las cosas que son para mi.

Quiero ser periodista cuando sea -más-grande, pero me dijeron que no lo soy y que hay muchas probabilidades de que no lo sea jamás. Igual disfruto de mi trabajo -que no es de periodista- y aprendo todos los días, pero no por el trabajo en sí, sino por la gente con la que estoy.
Tengo ganas de decir "agarrate de mi mano, que tengo miedo del futuro" o "trepate a esta ternura de locos que hay en mí", pero no encuentro al fulano.

Me da pánico mostrar lo que soy. No es cuestión de andar repartiendo por la vida un mapa con las sensibilidades de una, marcadas prolijamente con una "x". (La prolijidad nunca fue mi fuerte).
Cuando me preguntan qué soy, no sé qué contestar.

sábado, 11 de octubre de 2008

De pie a cabeza

Nací el mismo día que murió Nerón, pero en distinto año. Estudio dos carreras, pero hasta el momento no he terminado ninguna. Tengo 24 años, pero me gustaría tener menos. Soy de géminis, pero tengo más de dos caras. Fumo, pero no se por qué lo hago. Me gustan los deportes, pero no los practico, ni los veo. Me gustaba tener el pelo largo, pero ahora ando rapado. Me gustaría ser responsable, pero llego tarde a todos lados. Tenía muchos amigos, pero la mayoría me traicionaron. Me gustaría patear como Steven Segal, pero se me acalambran las piernas. Me gusta el humor de salón, pero me causa gracia Emilio Dissi. Me gusta Metallica, pero escucho Isabel Pantoja. Me gustan las mujeres, pero casi me levanto un trava por equivocación (que desgracia). Vivo en Tucumán, pero me gustaría vivir en otro lado.Soy joven, pero tengo alma de viejo. Soy pésimo para las matemáticas, pero mi primer año de facultad fue en ciencias económicas.Me gustan las películas de Al Pacino, pero estoy por ver Fama. Me gusta el ocio, pero me inclino hacia el trabajo.Me gusta lo moderno, pero prefiero lo anticuado. Soy Argentino, pero me gusta la murga uruguaya. Me gustaría volar, pero estoy pegado al suelo. Me gustaría correr, pero me agito con facilidad. Quisiera ser ordenado, pero soy un cachivache. Me gusta estar enamorado, pero no quiero estarlo y ando sólo. Soy vanidoso, pero no se me nota. Soy delgado, pero estoy engordando. No me gusta la cumbia, pero la bailo. Me asustan los desafíos, pero desafío todo lo que se me ponga en frente. Soy vergonzoso, pero me atrevo. Soy tierno, pero mi imagen es dura. En el Horóscopo chino soy rata de madera, pero en el mundo real de rata no tengo nada. Me gusta la creatividad, pero odio los embrollos. Me gusta Andrea del Boca, pero me seduce Lia Salgado.
Ni fu, ni fa.
"Déjame bailar con vos"
Soy la contradicción constante, soy el si y el no al mismo tiempo. Soy el "Pendejo".